Este recorrido muestra el camino que antiguamente hacía el hierro, desde la zona donde se lavaba ese mineral hasta la zona donde se extraía, el barrio minero de Meatzerreka. En el camino se puede transitar por dos cimas desconocidas de Arrasate; Itturritxipi y Epele.

Lavadero de mineral de Antoniña: el material extraído en la zona minera de Meatzerreka era transportado hasta éste punto mediante un cable aéreo, triturado y cribado. A continuación se lavaba en un trómel al objeto de eliminar las arcillas, tierras y material orgánico que pudiera contener. Una vez lavado y separado era cargado en camiones para su transporte, principalmente a los altos hornos de Bergara. La materia estéril era depositada en el cauce del rio donde se acumulaba hasta su evacuación al abrir las compuertas de la presa.

Trincheras de la Guerra Civil Española: durante el transcurso del conflicto bélico del año 1936, en un primer avance, las fuerzas sublevadas ocuparon los altos de Amporreta e Itturritxipi, pero al ver frenado su ataque por las tropas leales, el frente se estabilizó en éste lugar durante siete largos meses, durante los cuales ambas fuerzas cavaron numerosas trincheras y defensas a lo largo de estos montes, algunas de las cuales pueden apreciarse aún hoy día.

Cima de Itturritxipi (585 m): en esta significativa cima de Arrasate hay unos restos que podrían ser de túmulos megalíticos.

Cima de Epele (566 m): desde esta cima, situada entre Anporreta y Meatzerreka, viendo Udalatx frente a frente, se disfruta de su grandeza.

Haizeola y escoriales: en la cima de Epele se han encontrado restos de una haizeola. Estos hornos situados en los montes eran de pequeño tamaño, de unos 60 centímetros de ancho y 150 de altura, con la base excavada en el suelo y paredes hechas de barro.

Los minerales de hierro extraídos de las minas –calcinados y desmenuzados- los introducían en estos hornos circulares junto a carbón de madera o madera, esto es, se transformaban el mineral y extraían el hierro para utilizarlo después en las fábricas. La inyección de aire se hacía mediante fuelles accionados a mano. Los desechos de este proceso forman los escoriales.

No sabemos exactamente cuando se empezaron a utilizar estos hornos, pero según las dataciones esta haizeola de Anporreta se utilizaba en la segunda mitad del siglo XIII, cuando fue sustituido por un sistema innovador: las ferrerías hidráulicas. Éstos se situaban más cerca del núcleo urbano, a extramuros.