Pasear por el centro histórico de Bergara nos permitirá descubrir huellas del entramado de la estructura medieval. Se compone de tres calles principales: Barrenkale; Artekale, por la que pasaba el camino Real; y Goenkale, además de varias entrecalles.

Al igual que otras villas de la época, parece que estuvo cercada pero no se han podido encontrar indicios suficientes que dibujen su perímetro exacto.

Si bien los edificios que encontramos al recorrer las calles del centro histórico son de épocas posteriores, algunos han conservado detalles medievales que se pueden apreciar hoy en día. En la calle Goenkale podemos ver la portada (hoy ventana) en arco conopial de la casa n. 2 y el magnífico balcón con ménsulas góticas de la casa n. 3. En el cantón Arrese también podemos obserbar ventanas pareadas medievales.

Pero lo que fuera el núcleo medieval, hoy se puede ver totalmente lleno de color. Mediante la iniciativa denominada Bergara koloretan (Bergara en colores), los artistas de Bergara han transformado 40 pequeños espacios en zonas expositivas. Los artistas han realizado sus obras en escaparates y paredes grises de locales en desuso, de este modo, el casco antiguo es hoy una galería de arte al exterior.